domingo, 25 de mayo de 2025

Matrícula de Honor

Matrícula de Honor

Una ilustración de estilo anime muestra a una familia de cuatro personas, dos padres y dos hijos, sonriendo y abrazando a su hija del medio, quien sostiene un certificado de "Matrícula de Honor" de FUSA. Alrededor de ellos hay íconos que sugieren intereses musicales (un micrófono y un teclado) y artísticos (un lápiz). En la esquina inferior izquierda, aparece un pequeño personaje de anime. La frase "¡Orgullosos siempre!" se encuentra en la parte superior.

Efectivamente. El pasado jueves 22 de mayo nuestra Princesa se graduó de 2º de Bachillerato. Y encima con la nota más alta de su promoción en el instituto. Sí, una Matrícula de Honor como para enmarcar, o como para ponerlo como titular (bien grande) de un artículo de un blog.

Sus últimos dos años en el instituto han sido una locura, pero el último… ay, el último. Segundo de Bachillerato ha sido especialmente intenso y cruel. Apenas ha tenido fines de semana. Solo ha tenido un par de días de respiro durante las vacaciones de Navidad. ¿La Semana Santa? Encerrada en casa. Y venga hincar codos, venga llenar hojas y cuadernos enteros de resúmenes a mano, venga currarse trabajos en Word y en Canva. He perdido la cuenta de cuántas noches me he asomado por su puerta y le he dicho «A la cama» sabiendo que, pese a su «HmmHmm» de asentimiento, iba a quedarse despierta un poco más. Bastante más.

Pero sí puedo recordar cuántas veces ha venido a desahogarse con nosotros, angustiada. Algunas ocasiones jurando de un modo que haría sonrojarse a un marinero, otras derramando unas lágrimas de pura ansiedad que tratábamos de reconfortar como podíamos… sin conseguirlo nunca del todo.

Una presión, un estrés, una desesperación que de vez en cuando tenía que soltar. En su caso, a base de salir al salón y darlo todo en un karaoke random de covers de «japonesidades» (como las llamamos nosotros) o practicando una coreografía de alguna otra «japonesidad». O darlo todo en el ensayo de Teatro Musical. O desgañitarse en las clases de canto o de su grupo musical. Aunque es verdad que de este último venía a veces con más ganas de matar gente. Algo muy habitual en los grupos en los que la cantante es la única chica del grupo.

Pero bueno, al final todo este infierno ha tenido como resultado la mayor recompensa posible. La puntuación más alta. Lo máximo que se podía alcanzar.

Documento oficial de la Matrícula de Honor

Curiosamente, un resultado que nadie le pedía. Una meta que ella misma se marcó porque, en sus propias palabras «quería comprobar si podía alcanzarla». Y vaya si ha podido.

¿Orgullosos? AL MÁXIMO.

Nosotros, que no somos de presumir, pues tampoco vamos a ir a restregárselo a amigos, compañeros de trabajo o familiares. Ya sabemos que harán como que no les importa. Nos darán una «enhorabuena» rápida, algunos nos responderán con alguna versión de «pues yo más» (tipo «ah, el hijo de una prima mía del pueblo también«… y esto es verídico) y seguirán con sus conversaciones intrascendentes. Lo de siempre, vamos.

Y nos dará igual. Porque nunca nos ha importado un pito la aprobación o la atención de otros.

Pero sí me voy a permitir el gustazo de ponerlo por aquí, porque, como decía por alguna parte, el fin último de este blog es escribir para mis hijos. Ellos siempre han sido nuestra prioridad absoluta cuando nos planteamos cosas tan decisivas y trascendentales como nuestras carreras profesionales, o cosas tan pequeñas y cotidianas como nuestro tiempo de ocio. Lo que nos importa está aquí, entre estas cuatro paredes.

Y esas paredes están ahora mismo a punto de reventar del orgullo y la euforia.

¡¡OLEEE OLE!!

¡Enhorabuena, hijita! Te queremos, ahora y siempre. Y ahora, ¡a por la PAU!





Red de Rol

via Padre, marido y friki

May 25, 2025 at 05:43AM