Retomo la actividad del blog con una entrada sobre una de las sagas más queridas de esta casa: Final Fantasy. Hoy dedicaré unas cuantas líneas a identificar un error de cada uno de los juegos de la saga a los que he jugado. En esta lista me limitaré a los juegos de Play Station, pues meterme en los de NES me parece demasiado. Allá vamos, advirtiendo de que el orden va a ser aleatorio, así que, al más puro estilo La Media Inglesa con los aficionados del Arsenal, no esperéis a que empiece por FFVII (vaya crossover os he colado, ¿eh?).
Como de algún modo hay que comenzar este recorrido de mal rollo, vamos con lo peor de lo peor: FFXII. De este juego destaco, por mala, la historia, que va disminuyendo en interés hasta agradecer de verás terminar el juego lo antes posible. Allí quedó el juego, terminado, y jamás rejugado.
De FFXVI, última entrega hasta la fecha de las que he jugado, me quedo como gran error con la extrema sencillez en los combates. No me malinterpretéis, no quiero un juego que sea un reto tras otro hasta el punto de odiarlo. No, no busco eso. Pero en este caso es que estamos en el polo opuesto. Creo que no hubo ni un sólo KO en todas mis horas de juego. Eso no tiene sentido.
Vamos a dar muchos pasos atrás con FFVIII. Podría enfocar mis frustraciones con el sistema de extracción de magia, pero creo que lo que peor vi del juego fue que los rivales subieran de nivel contigo, pues provocaba combates larguísimos que no iban a ningún lado.
En FFXV encuentro un problema similar al que os comentaba con FFVIII, y es que hay mazmorras que son auténticos dolores de cabeza con una cantidad agotadora de salas y rivales. Lo peor de esto es que alguna la tuve que recorrer más de una vez.
Encajo en lo que supongo que será más o menos la mitad de la entrada: FFVII. Adoro este juego, como bien sabéis, pero también tiene sus pegas. En esta ocasión me centro en el poco tiempo que, por razones obvias de guion, tenía el desarrollo de Aeris como personaje. Si querías lograr todos sus límites, que se puede hacer, echabas tantas horas que el resto del juego era coser y cantar.
Vamos ahora con FFXIII. De este juego destacaré como error que es excesivamente lineal. No tienes libertad hasta un punto tan avanzado del juego que te ves obligado a terminar la historia para poder recorrer a tu gusto el mundo y completar el desarrollo de los personajes.
Con FFX lo tengo claro: los eones oscuros son muy pesados. Suponen un reto, sí, al menos al principio, pero desesperan sobremanera. De hecho, si no andas listo, se te puede complicar la vida acceder a determinados sitios cuando entran en juego.
FFIX tiene un error que para mí no es menor: la falta absoluta de carisma del gran monstruo de turno del juego. Ozma es una pelota, señoras y señores, una pelota. Nada más que decir.
Cierro con una mención honorífica, porque no he llegado a pasarme el juego. FFX-2 no era necesario. Así de simple. Sí, tiene su gracia, con un sistema de combate distinto al que nos ofrece FFX, pero un juego tan redondo como su antecesor merecía quedarse en eso, un juego cerrado, sin continuación alguna.
Red de Rol
via CAVERNA DE ROL
February 15, 2025 at 02:58PM