Supongo que nos pasa un poco a todos, y hoy os quería hablar de esos juegos a los que vuelvo cada cierto tiempo. Se trata de juegos que han estado presentes en mi vida a lo largo de muchos años y que, por ello, me aportan un refugio lúdico al que acudir cada vez que me quedo sin juegos nuevos. Se trata de una (espero) no tan extraña necesidad de encontrar calma y acudir a juegos que me aportan diversión en un entorno controlado y no frustrante, seguramente como contrapunto a ese demoníaco juego anteriormente llamado FIFA.
Empezaré con el juego más obvio de todos: Final Fantasy VII. Me refiero al original, al de Play Station Station 1, aunque también lo tengo en el móvil. Es el juego de mi vida y el que empiezo una y otra vez, aunque curiosamente no me interesa demasiado acabarlo. Se trata de un reto que repito cada x tiempo y en el que me marco mis propios objetivos personales. Entre ellos destaca una configuración de materias determinada para todos los personajes del grupo hace casi quince años, no matar a las armas esmeralda y rubí y, como decía, no terminar el juego.
Otro juego al que vuelvo, normalmente en verano, es Assassins Creed Black Flag. Sigue siendo el Assassins Creed que más me gusta por estilo de combate, temática y dimensiones del mapa. Ni excesivamente largo al estilo de los ambientados en Egipto o Grecia, ni demasiado desfasado en cuanto a mecánica como los de Ezio Collection. Pienso en este juego y me embarcó mentalmente (no pretendía ser un chiste) en el viaje de Edward desde un pirata de tres al cuarto al rey del caribe.
Cambio de tercio para llegar a otro tipo de juegos: los superhéroes. No hay demasiados juegos de este género que tenga en estima. A pesar de las buenas críticas, no me entusiasman, por ejemplo, los juegos de Batman. Tampoco está entre mis preferencias los de los vengadores. En cambio, sí me quedo con un personaje: Spiderman. No sabría decir si es mi superhéroe favorito de Marvel, aunque posiblemente esté entre los dos o tres principales de la lista para mí. El caso es que Spiderman ha estado muy presente en mi vida de una u otra forma.
Recuerdo una película que, vista ahora, era mala de narices, pero que me dejó loco de pequeño. Recuerdo, por supuesto, la serie de dibujos animados que echaban en Antena 3 y que no me cansaba de ver. Incluso, gracias a ella conocí a Daredevil, que es otro de mis personajes preferidos de Marvel (vaya barbaridad la serie de Netflix, por cierto) y también recuerdo un juego de PC con algunos años ya y que me entretuvo mucho. Por eso, el juego de Spiderman de PS4/PS5 está entre esos juegos a los que vuelvo de vez en cuando. Me resulta entretenido y con esa dosis justa de dificultad-tiempo-mecánica para pasar las horas muertas.
Y ya termino con otro juego que llena este pequeño órgano aórtico que tengo en el pecho (si habéis entendido la referencia, bien por vosotros. Si no, tenéis que ver Friends): Caballeros de la Antigua República. El bueno, el primero, el de Revan, el juego que me dejó de una pieza, lo que debería ser una serie, película, lo que quieran hacer. Vaya juego. Es una mecánica un poco lenta y a veces desespera no acertar a los rivales, pero es poco precio que pagar para lo que es una obra maestra. Gran historia, buenos secundarios, escenas de puro Star Wars, y algún que otro secundario que he mencionado a modo de homenaje en aventuras de Star Wars d6 (ahílo dejo para que lo busquéis). A tal punto llega mi gusto por este juego que también lo compré en un arrebato para el móvil. Llegué al juego casi por casualidad y fue, es y será mi juego de Star Wars de referencia.
Red de Rol
via CAVERNA DE ROL
November 21, 2024 at 06:26AM