domingo, 27 de octubre de 2024

El estancamiento de los wargames y el ascenso de los juegos de rol

El estancamiento de los wargames y el ascenso de los juegos de rol

En la primera mitad de los años ochenta los wargames viven uno de sus mejores momentos en nuestro país. A finales de la década, sin embargo, la afición por los wargames en nuestro país se estancó. Esta fase coincidió en el tiempo con el crecimiento de otra afición, la de los juegos de rol.

 


 

Este fenómeno se merece varias entradas para comprenderlo en su conjunto. Así, en esta entrada de hoy nos vamos a limitar a recoger las distintas impresiones que dejaron los protagonistas en las revistas de la época, una fuente primaria y fundamental para conocer este momento. A estos testimonios añadiremos también algunos datos que pueden arrojar algo de luz.

Comencemos con una de las primeras referencias al aumento de aficionados a los juegos de rol. La encontramos a principios de 1989, en el editorial de la revista Alea:

"Como profesional y aficionado, vengo asistiendo en estos últimos años a la continua evolución del hobby, marcada sin duda por una orientación que no escapa ni siquiera al más profano: el juego de rol. Podríamos afirmar en líneas generales que una gran mayoría de la nouvelle vague [nueva ola] de aficionados procede del JDR" (Alea #4, mayo de 1989).

En este editorial, firmado por QUO VADIS, se señalan varias ideas interesantes. Para empezar, que los nuevos aficionados a los juegos de rol eran más jóvenes que los aficionados al wargame (además de que las reglas de los JDR eran más sencillas). Por otro lado, también se indica el aumento de actividades relacionadas con los JDR por parte de entidades y clubes, así como la publicación de JDR en castellano (cosa que no estaba pasando con los wargames, que solo se importaban y, en algunos casos, se incluía una traducción en fotocopias).

Pero sigamos. En la crónica de las IV JESYR de la revista Alea se indica que, en un seminario de wargames, "los participantes mostraron su inquietud ante el progresivo avance de los JDR y el relativo "estancamiento" de la afición dedicada a los wargames" (V. Alea #6, enero de 1990).

Este avance del rol y estancamiento del wargame también se percibe en los distintos rankings que elaboraba la revista Líder. Como vemos en este, de finales de 1989, un tercio de los votantes solo rellenaban la parte del rol, demostrando que no les interesaba para nada el wargame. Además, la diferencia de puntos entre el Rol y el Wargame crecía en cada ranking (en estos momentos el wargame más votado ocuparía el puesto octavo en una clasificación general de juegos):

"La realidad es que el juego de rol sube como la espuma, mientras que el temático y el wargame suben, pero lentamente" (Líder #13, octubre de 1989).

 



Parece lógico, entonces, que la revista Líder le dedicara cada vez más páginas a los juegos de rol. En este sentido, a principios de 1990 (a la hora de replantear el espacio dedicado en la revista a cada hobby) la revista Líder lo dejó muy claro:

"La parte ganadora será el rol, las tendencias de la afición mandan; pero los wargamers pueden estar tranquilos porque no serán especie en peligro de extinción" (Líder #15 febrero de 1990).

Es esta una tendencia que, en realidad, ya se venía viendo desde 1988:

"Hemos recibido en esta redacción una serie de cartas, no diríamos que angustiadas, pero sí preocupadas, por parte de un sector de nuestros lectores que lamentan que nuestra revista se esté inclinando hacia el rol, en detrimento de los wargames" (Líder #5, junio de 1988). 
"Sabemos también que los wargamers se volverán a quejar de que hay mucho rol, pero qué le vamos a hacer; todavía no salen juegos de guerra en castellano, mientras que la aparición de La llamada de Cthulhu y RuneQuest es todo un acontecimiento. ¡Un poco de paciencia, wargamers!, que vosotros también sacaréis ventaja de la difusión del rol" (Líder #7, octubre de 1988).

 

Durante muchos años los juegos encartados en la revista Alea fueron los únicos wargames que aparecían en castellano en nuestro país.

 

Como vemos, muchos aficionados al wargame se empezaban a quejar de que el rol estuviese acaparando cada vez más páginas, lo que con el tiempo empezó a generar fricciones (como las que años más tarde se producirán entre aficionados al rol y a las cartas).

Pero volvamos a 1990. En el siguiente número de la revista Líder se insiste en esta idea ("Es evidente que el sector del fenómeno lúdico en expansión es el rol, mientras que el wargame crece, pero bastante menos en términos relativos") y aparece ya la de la rivalidad que empezaba a surgir entre algunos aficionados de una afición y otra:

"Las posiciones encastilladas que enfrentan a "rolegamers" y "wargamers" deberían ser superadas (...). Posturas como las de proclamar la quema de los wargames o el gritar a los cuatro vientos que hacer de enano saltarían del bosque es una aberración no benefician a nadie" (Líder #16, abril de 1990).


A pesar de esta llamada a la tranquilidad, conforme pasaban los meses el espacio dedicado al rol seguía creciendo:

"Nada más por hoy. Quizá disculparme ante los wargamers de que este número haya salido un poco 'rolero', pero no penséis que se os olvida" (Líder #23, mayo de 1991).

Hay que señalar que, como ya mencionaron en la revista Líder,  en este estancamiento de nuevos aficionados es muy posible que influyese el número de novedades publicadas en castellano. Y es que para estas fechas (finales de los ochenta) NAC y TYR, las dos editoriales españolas que se habían dedicado al wargame en los años ochenta, ya han cesado su producción. Así, los últimos wargames publicados por TYR son de 1985 y los de NAC de 1987. 

Hay que recordar que JOC Internacional seguía importando wargames en inglés (algunos con la traducción de las reglas), pero lo que es publicar wargames en castellano (en caja y de forma independiente como habían hecho NAC y TYR) desaparece. ¿Acaso no era rentable? Pudiera ser. En todo caso, los únicos wargames que tenemos en estos años (1988-1990) son los que Ludopress incluía entre las páginas de su revista Alea.

 

Fokker (1990), una mezcla de wargame y juego de rol, fue una iniciativa no profesional del club Almogávers.

 

Por contra, JOC Internacional publicó ella sola cinco juegos de rol en castellano a lo largo de 1990... Todo un hito para la época.

Habría que preguntarse si este estancamiento fue solo en nuestro país o en general. Según Ciro Alessandro Sacco, en Italia y EEUU pasó lo mismo. En el caso de Italia este cambio se produce a partir de 1985, con la publicación en italiano de la caja roja de D&D:

"Esto ya significó un cambio irreversible en el panorama lúdico nacional. La popularidad de los juegos de rol erosionó las filas de los jugadores de wargames, tal como pasó en los USA" (Líder #3, noviembre de 1999).

 

En 1992 Diseños Orbitales sorprendió con la traducción de tres wargames.

 

La presencia de wargames en las jornadas de ámbito nacional también es muy interesante, pues si en las JESYR (1986-1989 y 1991) suponían una parte importante de la oferta, con la llegada de Día de Joc y Gen Con los wargames fueron desapareciendo paulatinamente.

Puede pensarse que esto es lógico, pues JOC y Zinco no editaban wargames, pero no es así. Estas jornadas, a pesar de estar patrocinadas por una casa comercial, eran abiertas a otras marcas y otros juegos. En este sentido, JOC seguía importando wargames, así que le interesaba; y en cuanto a las Gen Con, si no hubo más wargames fue por falta de espacio. Así lo expresaba Joaquim Dorca, gran aficionado al wargame y organizador de las Gen Con:

"A la ya anunciada presencia de juegos de cartas añadiremos una mayor presencia de juegos temáticos (...). No tenemos prevista una presencia 'abierta' de wargames con figuras. Para el que esto suscribe, esta ausencia es una lástima, pero se trata de un riguroso problema de espacio" (Dragón #20, julio de 1995).

En 1994 hubo tres eventos de ámbito nacional y en todos ellos el wargame sufrió un retroceso, en comparación con los años anteriores:

"No obstante, en este corolario hay un gran ausente que parece haber quedado huérfano. ¿Dónde ha ido a parar entonces el wargame? (...) Visto que la tendencia parece ser la jornada especializada de marca y tema, ¿será necesario organizar unas jornadas exclusivas sobre juegos de simulación?" (Alea #22, junio de 1995).

En Día de Joc 95 volvió a pasar: la gran novedad fueron los juegos de cartas coleccionables, causando un gran contraste con "la casi total ausencia de los wargames, que fueron la otra cara de la moneda, de unas jornadas que desde hace años solamente están dedicadas a la parte económicamente más importante del sector" (Alea #22, junio de 1995).

Evidentemente, la parte más importante del sector en los últimos años había sido el rol y, ahora, eran las cartas.

Como decimos, el descenso paulatino de wargames en este tipo de jornadas es cada vez mayor y así lo vemos también en las Gen Con del 96:

"Otro aspecto, quizás mucho más preocupante fue la aparente muerte del wargame. ¿Qué ha pasado? ¿Sigue habiendo estrategas en nuestro país? ¿Y si es así, de dónde nace su divorcio del resto de la afición? ¿Hay alguien ahí?" (Líder #57, enero de 1997).

Es preciso recordar que, en estos años (1995-1997), la presencia de wargames en la revista Líder siguió decayendo, siendo sustituidas sus páginas por los juegos de cartas. Aunque sin duda el gran palo de estos años fue la desaparición de la revista Alea, la revista especializada en wargames que había comenzado su andadura en 1988. Un parón que va desde octubre de 1996 (Alea #25) hasta julio de 1999 (Alea #26).

Evidentemente, jugadores de wargames siempre ha habido. Recordemos que de lo que estamos hablando es de que el número de aficionados que entraban se estancó y creció muy poco. 

 

Sagunto (1993), de SIMTAC, fue el primer wargame español en comercializarse en formato caja desde los tiempos de NAC (1987).

 

Pero sigamos avanzando en el tiempo. A finales de 1998 aparece la revista Sire, una revista que aunque está especializada en juegos de rol, va a dedicar una sección ("ZoC") a los wargames (Juan Carlos Herreros, su director, siempre ha sido un gran aficionado al wargame). Eso sí, sus palabras me parecen de lo más significativas para comprender el estado de la afición en ese momento:

"Muchos son los que saben que la afición en este país comenzó con los Wargames. Últimamente parece que los decanos de los juegos han perdido importancia y relevancia en el panorama lúdico (...). En los próximos números intentaremos seguir con la pauta marcada y ser lo más diversos posible, para impulsar y renovar esta tan sufrida rama de la afición" (Sire #1, diciembre de 1998).

Unos meses más tarde aparece la nueva revista Líder, esta vez bajo la batuta de la editorial Caja de Pandora. Esta nueva etapa también va a contar con una sección dedicada al wargame, llevada por Joan Parés, otro veterano del wargame en nuestro país. Vamos a recoger unas palabras suyas donde analiza el momento tan delicado que vivía el sector fuera, además de su reflexión sobre la viabilidad de las editoriales (situación que me ha parecido similar a la de los juegos de rol en la actualidad): 

"En estos momentos el wargame de tablero pasa por un momento delicado. La desaparición de Avalon Hill, GDW o 3W son ejemplos de una situación incierta. El auge de los juegos de ordenador y de los juegos de cartas, así como el constante incremento de las posibilidades de diversión para la juventud han limitado en gran medida el número de posibles aficionados. La popularización del juego de guerra es hoy por hoy un sueño inalcanzable y muchas empresas han fracasado en este intento. Pero tal vez, al igual que en el mundo editorial, las pequeñas colecciones o las obras especializadas puedan encontrar un espacio y permitir que las pequeñas empresas editoras de wargames sigan adelante" (Líder #1, marzo de 1999).

El wargame nunca murió y en la actualidad se podría decir que está más vivo que nunca. Es verdad que su afición no es tan grande como la de los juegos de rol, pero siempre ha habido aficionados que lo han seguido practicando (muchos de ellos, además, mantienen las dos aficiones).

El tejido editorial también subsiste, y es que gracias a las tiradas cortas y los mecenazgos publicar wargames en la actualidad es viable. Además, siguen existiendo clubes donde el wargame es una de las actividades principales (algunos de ellos con una trayectoria de más de cuarenta años), ha vuelto la revista Alea y a esto podemos añadir las jornadas o convenciones exclusivas de wargames, algo que no se llegó a dar en los noventa.

Sin embargo, me gustaría conocer vuestra opinión. ¿Fuisteis testigos, a finales de los ochenta, de esa avalancha de aficionados al rol y ese estancamiento del wargame?





Red de Rol

via Rol de los 90

October 27, 2024 at 02:36AM