domingo, 15 de enero de 2017

[Reflexión] Tiendas de hobby en Barcelona

[Reflexión] Tiendas de hobby en Barcelona

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Decir tiendas del Hobby es decir tiendas de wargames y maquetismo.

Voy a hacer una reflexión , algo que no es habitual en este blog, sobre lo que pasa actualmente en las tiendas, que aparecen y desaparecen.

Antes me gustaría indicar que las tiendas tradicionales, las de toda la vida, las cuasi tipo ultramarinos “de la señora María” del maquetismo y el hobby, están desapareciendo poco a poco. Esto es debido a que en los último tiempos, estas tiendas tradicionales siguen ofreciendo más de lo mismo, las cajas de maquetas que tienen en los estantes, una atención por parte del propietario agradable y simpática, pero a veces el desconocimiento de técnicas y la respuesta a la solicitud de pedir algo especial, que es lo que cada vez más se está reclamando en el hobby, es lenta y tardía. Si le pedimos nos traiga una maqueta especial o, simplemente, diferente a las que pueda tener en la tienda, la respuesta puede ser que nos la puedan traer entre 2 y 3 semanas y, en muchos de los casos, cobrándonos los portes. Internet se está comiendo este negocio tradicional de tienda, a pesar de que no hay trato directo con el vendedor, ya que tenemos como poco todas las respuestas a consultas que necesitamos sobre técnicas, y encima con videos demostrativos al momento, y las compras por la red ya son más que eficientes.

Por ejemplo, hace unos días  necesitaba unas calcas para los escoceses en la 2GM de 28mm que estoy preparando. Pues las calcas de la 51ª División Highlanders no la tenían en ninguna tienda de Barcelona. Y todos me decían lo mismo, que me cobraban 6,- € por cada blíster de dos hojitas de la calca, más 9,- € adicionales de los portes de pedirlo al distribuidor/fabricante, en el caso de quererlo antes de 4 semanas, o esperarme para tenerlo dentro de más de un mes, con el pedido mensual (en el mejor de los casos) que hacen.

Ni corto ni perezoso, me fui a la página de Warlord y compré 3 hojitas por 6 Libras, más 5 libras de porte, total 12,- €, en contra de dos hojitas por 15,- € de las tiendas, y encima en una semana ya la he tenido en casa, en contra de las 2 – 3 semanas que me decían las tiendas. Aquí es donde mueren las tiendas tradicionales, Internet es más barato, rápido y ofrece, en conjunto, un mejor ratio de efectividad.

Las nuevas tiendas que están surgiendo están cambiado un poco esta filosofía, ya que se están convirtiendo en tiendas/club, fidelizando a los “socios” con buenos precios, un servicio esmerado y con material no habitual, además de lo que está de moda, que lo está reponiendo constantemente, así como la de traer material que el cliente solicite a uno o dos días. Y las respuestas del vendedor de “búscalo en la estantería” y de intentar vender al cliente algo que no necesita o no ha venido a buscar, afortunadamente empiezan a pasar a la historia (o histeria, según quien lo mire). La nueva gestión de eficiencia está mucho más cuidada, ya que es lo que pide, en definitiva, el cliente.


Pero aún hay más.

Se pueden barajar múltiples factores, tanto internos de la tienda, cuyos efectos más visuales he comentado antes, por lo que las tiendas “tradicionales” no sobrevivan, y no sólo es culpa de la crisis, como se comenta constantemente, aunque es a tener muy en cuenta.

Los maquetistas y jugadores de Wargames, quien más o quien menos, acumulamos muchas cajas de maquetas y/o ejércitos, ya que tenemos épocas de comprador compulsivo, “para cuando tenga tiempo, que seguro que no lo encuentro”.

Yo por ejemplo acumulo cajas en dos estantes y algunas tienen algo más de 20 años.
Y esto no es nada con lo que he visto en casa de algún conocido, que tiene estas cajas distribuidas por toda la casa, Estantes de pasillo y habitaciones más llenas que las que tengo en casa, almarios de alguna habitación sólo llenas de cajas de maquetas/ejércitos,  y algún trastero de garaje, de esos que puedes meter el armario sin desmontar dentro, lleno a rebosar, teniendo más material que algunas de las tiendas que han desaparecido.



Pero sigamos. Los Precios abusivos que las tiendas se ven obligados a poner, es uno de los primeros problemas, ya que eso impide que el número de nuevos aficionados crezca. Sólo se quedan los antiguos y nuevos integrantes recién llegados que tengan un cierto poder adquisitivo medio alto. Y los principales afectados son las tiendas, no los culpables.

A esto hay que sumarle que los aficionados crecemos en edad, por lo que de ser un hobby de adolescente, pasa a ser un posible problema con la pareja, si no lo sabes gestionar medianamente bien (lo que se denomina conseguir “Family Points” para intercambiar por otras acciones con tu pareja). La pareja, que es con quien has decidido pasar tu nueva etapa de la vida, y los nuevos inquilinos que pueden ir llegando, revoltosos, llorones y tocones, llamados “niños”, son los que cada vez más te restará tiempo, y por consiguiente restará compras a la tienda de Hobby.

Es curios ver como los fabricantes, a pesar de ser conocedores de este condicionante modélico de toda la vida, más importante aún que el de la crisis, tomen la decisión “acertadísima” (según ellos, claro está) de subir los precios: “Si antes vendíamos 10 y yo tenía un beneficio de 2, ahora quiero seguir teniendo el mismo beneficio, aunque sólo me compren 5”. La ley de Murphy para los negocios desastrosos… y un ejemplo ha sido Games Workshop (aunque vuelven a las andadas).

Ya tenemos unos cuantos factores importantes:
- Precios muy altos para poca afición.
- Aficionados no jóvenes con vida personal adulta.
- No poder/saber gestionar bien el tiempo libre.
- Abandono del Hobby por algunos aficionados por el cúmulo de los anteriores
- No se incorporan nuevos aficionados con la celeridad y cantidad necesaria.

Y si a esto le sumamos que los que abandonan venden su montañas de cajas y colecciones de ejércitos a precios muy bajos, esto son ventas que no llegan a las tiendas.

A esto le debemos sumar la crisis, como otro factor por el que compramos menos (pero detrás de los anteriores, o posiblemente el último de la fila).

Eso sí, no dejamos de comprar.  Pero menos. Por lo que ahora estas compras se producen con dos condicionantes:
- Se buscan piezas especiales, raras, que poca gente tenga en su ejército o haya hecho como maqueta, y
- ¿Para qué voy a la tienda si existe un mercado de segunda mano muy suculento? Y encima encuentro lo que busco!!

Si tengo que comprar algo más estándar, internet está lleno de ofertas a cual más salvaje, que lo pides hoy a las 16h de la tarde y mañana a las 12h lo tienes en casa, resultándote incluso más económico que en la tienda. Y eso que incluimos el porte de que te lo traigan.



Desde mi punto de vista, no le encuentro sentido a que la única opción que tengan las tiendas, tanto las existentes de hace años como las nuevas en abrir, es la de competir en precio y margen, entre ellas y entre las que usamos en Internet, intentando convertirse en supermercados de cajas de maquetas: Estanterías y estanterías llenas de producto, que sólo falta que te den un carrito de la compra cuando entras por la puerta para ir metiendo las cajas en él. ¿Y el vendedor? Como en los supermercados, sólo saben donde está el producto solicitado en la estantería y nada más. Es momento de ofrecer no sólo producto, sino algo más: espacio de ocio, simpatía, servicio, ganas de vender (algo que en algunas tiendas parece que les importa bien poco), etc, etc… En definitiva, es el momento de reinventarse.

Hace unos cuantos años me enseñaron una maravilla de la tecnología llamada “impresora 3D”. En ese momento tenían precios prohibitivos y, los menos caros, daban una calidad mínima “semi” aceptable. Hoy, las baratas están a precios más que asequibles y su calidad, en comparación, es la más alta de hace 3 años. Quizás (y sólo digo quizás) uno de los servicios que las tiendas podrían dar es utilizar esta impresora para poder ofrecer elementos diferenciadores y personalizados a los clientes. Los costes se reducen mucho más de lo que podemos llegar a imaginar. Se podría pasarán de pedir que te traigan piezas o maquetas especiales, a fabricar bajo licencia en la tienda diferentes piezas para ahorrar en costos.

Tengamos muy en cuenta que el negocio del fabricante de estas impresoras no está en el dispositivo, si no en el consumible, como en las actuales impresoras de inyección de tinta, con lo que invertir en una impresora 3D, aunque cada año salen maquinas con una calidad mejor con cada nuevo modelo, de momento no tiene sentido para particulares, que la usaríamos de muy tarde en tarde y no nos resulta rentable. Y mucho menos para esas pocas ocasiones, ni el buscar o crear los planos, ni aprender la programación para hacer esas piezas nuevas. Pero sí dará una nueva oportunidad de negocio a las tiendas. Los compradores solicitarán kits por encargo, que la tienda no reproducirá una vez, sino que podrá ofrecerlo a múltiples clientes con multitud de opciones generadas a partir de archivos 3D.

Y el tema de opciones para sus maquetas o ejércitos, ni es nueva ni novedosa, pero si la forma de conseguirla. Hace años, la ya desaparecida Verlinden, hacía justamente esto: ofrecer kits de resina para versiones diferentes a los vehículos que ofrecían los fabricantes, y a precios asequibles. Y el stock limitado que producían se les acababa demasiado rápido y demasiado habitualmente. Y esto quiere decir algo, creo yo.

Según mi opinión, humilde creo yo, es muy malo para el negocio y para el mercado no darse cuenta de que la forma de ver y adquirir el hobby ha cambiado. No creo que sea un mercado muerto, sino muy vivo.

Y es el momento de reinventarse.


Salva Rosselló




Red de Rol

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January 15, 2017 at 05:12AM