... y alberga horrores”, nos advierte Melissandre. Efectivamente, la noche es el lugar donde nuestra mente se encuentra con sus peores fantasmas, donde lo que parecía sencillo deja de serlo y donde a veces nos convertimos en seres de los que, ya en la mañana, con la mente despejada y el olor a café en los dedos, no nos sentiremos muy orgullosos. La noche da forma a nuestros miedos, y esa forma es terrible, sí, pero también es hermosa.
La misma advertencia de la sacerdotisa roja nos valdrá para las noches del juego de Aventuras en la Marca del Este. Créannos si les decimos que nuestros aventureros desearán con fuerza que el amanecer llegue pronto.
Surgido de las profundidades de una de esas noches –negras como plumas de cuervo–, y extraído a golpe de lanceta por las manos del maestro Joaquín Palacios, que ha sabido dar vida con un virtuosismo terrible (en el sentido inglés de la palabra) a la ilustración de otro virtuoso como A. J. Manzanedo, hoy les dejamos con nuestro necrófago. El necrófago de Aventuras en la Marca del Este. Un necrófago que sería horrible, si no fuera tan bello pues, como decía Rilke, la belleza es el grado de lo terrible que podemos soportar.
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Esculpido por Joaquín Palacios. Ilustración de A. J. Manzanedo |
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| Ilustración de A. J. Manzanedo |
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AVENTURAS EN LA MARCA DEL ESTE