viernes, 9 de agosto de 2013

Más que componentes

De todo lo que estoy leyendo sobre D&D 5ª Edición, prefiero no hablar en este momento. Es mejor cavilar y utilizar las palabras más adecuadas en un futuro próximo, cuando ya estén totalmente ordenadas, pero como me quedan ganas todavía de generar controversia he pensado retomar uno de esos post pendientes sobre los conjuros.



Sin duda alguna, de una edición a otra uno de los cambios más radicales han sido los conjuros. Bien porque era imposible llegar a ser un mago de nivel 20 o bien porque a nivel 5 ya eras más poderoso que un mago de nivel 20 de otras ediciones, pero por una cosa u otra, los conjuros han marcado una diferencia abismal en un mundo como puede ser D&D. Dentro de estos cambios, me gustaría fijarme especialmente en uno particular y que siendo sinceros, en la mayoría de mis partidas ha pasado desapercibido, los componentes. ¿Quién sabría decirme exactamente los componentes de un conjuro? Creo que guano de murciélago era uno de los componentes de la Bola de Fuego, mientras que los guisantes pertenecían al más que architípico Muro de Bruma, pero aún así no estoy seguro.



Este desconocimiento acababa degenerando en un pasotismo, los jugadores pedían ir a comprar los componentes al mercado y tú a cambio, como mucho, le pedías un par de monedas de oro de vez en cuando. Luego resulta que te da por leer algunos de ellos y hacen referencia a los polvos de diamante por valor de 50 p.o. Por otro lado tenemos la controvertida Cuarta Edición, con la que se dividió el mundo de los conjuros y por un lado estabas las ametralladoras diarias, de encuentro o utilidad y por otro lado los rituales, con los primeros sin componentes y los segundos en los que era mejor no molestarse. ¿Qué nos depara Quinta Edición? Lo desconozco por completo.



No he leído nada sobre este tema en concreto y es que las cosas que se aventuraban me gustaban tan poco, que tuve que dejar de leer. Es por eso que me gustaría hacer un ejercicio de imaginación con tres hipotéticos casos en los que los componentes de conjuros tienen diferente valoración:



1.- Los componentes de conjuros no tienen ninguna importancia.



Esta podría ser la opción más lógica, ya que independientemente de la opción escogida, parece que tendemos a este argumento. Los conjuros podrían formar parte de esa "olvidadiza" o de las baterías de encuentro, diarias y demás, ya que no plantea ningún problema a la hora de adaptarse a cualquier sistema, pero desde mi punto de vista, se pierde mucha esencia del juego. ¿Qué hay de esas situaciones críticas en las que un jugador dice lanzar un conjuro y te da por leer los componentes que lleva? ¿Qué hay de esas historias de magos locos que necesitan extraños componentes para nuevos conjuros?

Creo que los componentes de conjuros han formado parte de D&D mucho tiempo como para borrarlos de un plumazo, así que esta opción no me parece que sea la más viable.



2.- Los componentes de conjuros tienen una gran importancia.



Necesitaría fundamentalmente que gente como yo cambiase el chip y que el proceso de los componentes no fuese tan mecánico, que no durase desde nivel 1 hasta nivel 10 una pequeña bolsa con cuatro componentes. No sería válido para cualquier sistema, pues pobre del mago que en su lista de conjuros de encuentro tenga alguno que requiera de caros componentes. Finalmente, quedarían las siempre presentes quejas de los jugadores sobre el constante puteo hacia sus personajes; que si yo compré este material, que si yo al final no lo gasté, que si yo siempre me los quito cuando los utilizo, que si siempre vas contra mi personaje. Hacer que los componentes de conjuros tengan una gran importancia le restaría presencia a lo que realmente la necesita: el propio conjuro en sí. Es muy posible que el combate pueda pasar a un segundo plano en pos de buscar dentro de la bolsita el carísimo o costoso de encontrar componente, por este motivo tampoco considero que sea la mejor opción.



3.- Los componentes tienen importancia en ciertos conjuros



No, no me refiero a componentes para rituales que tarden 10 minutos como mínimo en lanzarse, me refiero a ciertos hechizos que necesiten de componentes concretos. Veo bien que Curar Enfermedad sea un proceso lento, que requiera de un ritual en vez de un paladín que pose simplemente su mano sobre alguien, pero tampoco me parece que lanzar un Orbe de Ácido sea una simple conjuración de encuentro. Quizá este sea el término medio, el punto en el cual puede asentarse el equilibrio y que si se sabe jugar bien, puede dar mucho partido. Los jugadores tendrían acceso a una gran lista de conjuros sin tener que preocuparse mucho por los componentes, los DM's no tendrían que estar siempre atentos y además, en cierto tipo de conjuros los jugadores hacen de los componentes una parte más del combate.



Desde luego que como siempre esto es sólo una opinión y que cualquier otra puede ser igual de válida, espero que queráis compartir la vuestra.











via Páramos Perdidos