Uno no pierde la capacidad de asombro ante las noticias que asolan la actualidad cual plaga bíblica día tras día. Cada día estoy más convencido de que si nos molestásemos en hurgar un poco bajo la superficie barnizada y lustrosa de lo que se nos quiere mostrar desde las bambalinas más cutres de nuestro entorno, descubriríamos asombrados que el fenómeno "Pequeño Nicolás" no es ni mucho menos una excepción, sino la escalofriante regla que encima es inasequible a excepción alguna que la confirme, que para eso ya se basta ella sola chupándonos la vida y haciéndonos quedar como gilipollas integrales.
En el caso que nos ocupa, la superficie, más que de barniz es chapa, chapa de oro. Siempre he dicho que no tengo nada en contra de las fórmulas de financiación colectiva per se, sino más bien contra el uso que se les da en muchos casos, incuido el hecho de que viabilizan productos que personalmente no creo que reúnan un mínimo estándar de calidad para ser susceptibles de cobro. Yo creo que la democratización de la creatividad explotable económicamente es un poco como los círculos de Podemos, que están cargados de buenas intenciones pero como no te andes con diez pares de ojos se te cuela un vivo que te hace un cristo como dos panes de pita sabaneros. Cosas como el fallido intento de Dark Sun dan que pensar. Por lo pronto uno se pregunta en qué demonios piensan los responsables de las plataformas de financiación (aparte de llevarse su porcentaje crudo de cojones) para permitir que se cuelen proyectos de los que podríamos decir en el mejor de los casos que son algo turbios (ya no digamos abiertamente fraudulentos o directamente agresivos contra la inteligencia media). ¿Dónde están los controles de calidad, las salvaguardas y las alarmas anti-marrón, que es en lo que podría haberse convertido todo esto? Y conste que no es la primera vez que esto ocurre (no llevo la cuenta porque francamente paso de estos temas, pero no puedo dejar de mencionar el célebre Hero Quest Gate).
Pero lo que me fastidia en lo personal es que, habiendo peña (y me consta) que se está dejando las cejas para trabajarse los productos con su tiempo, su talento y su condenado patrimonio, nos las veamos con iniciativas que piden alegremente el dinero ajeno sin siquiera tener claras las mínimas arquitecturas legales para acometer algo tan obvio. ¿Deark Sun? ¿Derechos? ¿Wizards? Términos que no siempre, por lo visto, han de ir acompañados, pero si los juntas puedes encontrarte con una señora madre del cordero y cara de gilipollas después de darle a "aceptar" con tu contribución pecuniaria. O sea, para que nos enteremos: queremos mil trescientos pavos para escribir y maquetar algo de lo que solo veremos un PDF y parte de un futurible libro que se realizará, dioses mediante, si se obtienen los derechos el día que se negocien. ¿WHAT THE HOLY FUCK?
Os juro que me he leído varias veces la descripción del proyecto en busca de la resolución del acertijo, y más allá de una persistente descripción del setting y de que se ha borrado en lo que podría ser un récord de efimeridad, temía ser el único al que le chirriase el que por ninguna parte, ni por cien pavos, hubiera un manual físico o algo que se le pareciese. Mucho escribir y mucho aparecer en los condenados créditos (joder con el valor añadido de ver tu nombre en un libro, dioses). La virgen, ¿tanto cuesta escribir? Más de uno y dos deberíamos ser millonarios del rato que nos pasamos escribiendo ambientaciones propias, y aquí estamos hablando de una adaptación de un universo ya trillado (y no por ello menos cojonudo, ojo). Si aún estuviese colgado, os conminaría a buscar datos más técnicos, como el sistema que se usaría y algo más respecto a la calidad del aspecto gráfico del... PDF. Iba a hablar de calidades de papel y demás, pero claro este proyecto sería un primer paso para, si hay suerte, negociar la famosa licencia y, sí, convocar otra financiación colectiva (intuyo) para producir el libro.
Francamente, amigos, creo que este mundillo se va un poco a la mierda cada vez que salen cosas como éstas, donde cualquiera, por buenas que sean sus intenciones, hace de su capa un sayo y se pone los mundos de Yupi por montera. No es la primera vez que alerto del peligro de la falta de didáctica en todo lo relacionado con la producción de juegos de rol tras la irrupción de la democracia productiva y financiera, y es que con sacar la pasta no basta, no señor. Por mucho que en nuestro mundito feliz las cosas sean tan simples como hacer un Word a dos columnas, refreír ambientaciones o sistemas para meterlos con calzador en una ambientación prometedora o fabricar mapas lamentables con un programa estándar a tal efecto, vendiéndolo todo luego bajo el prisma del gran esfuerzo personal y el apoyo al producto nacional, lo cierto es que vivimos en un mundo que se rige por normas; normas profesionales, normas jurídicas y normas de sentido común.
Y me fastidia, insisto, porque hay gente que nos esforzamos por no salir a destiempo con nuestras ideas porque creemos en la filosofía del trabajo y que no todo vale. Me fastidia porque es demasiado fácil pedir el dinero y luego decir que somos aficionados muy voluntariosos, porque al final el personal acabará hasta los cojones de todos y pagarán justos por pecadores.
A riesgo de repetirme, creo que todo esto tendría visos de arreglarse (solo visos) si fuésemos un poco más exigentes, con nosotros mismos y con este circo que estamos montando a base de subconsciente colectivo, y no dejar pasar cosas que no no tendrían la menor oportunidad en el "mundo real". Menos mal que el sentido arácnido de muchos frikis aún está a flor de piel, porque como nos descuidemos un mínimo, los Pequeños Nicolás de nuestro mundillo se nos acabarán subiendo a las barbas. Qué bien sienta un buen debate en momentos como este.
Corto y cierro.
