Y llega la tercera parte, con un tomo mucho más corto, que con el título de La búsqueda de la Gema de Sangre completa lo publicado por Panini de la larga etapa de Gruenwald pero, claro está, no la totalidad de dicha etapa que aún, en gran parte, sigue inédita en España.
La verdad es que resulta una selección un poco extraña terminando, en un número de relleno como es el #371 USA, justo antes de iniciarse el siguiente arco de la colección Streets of Poison (una historia poco afortunada del Capi luchando contra traficantes de droga y colocándose por accidente y Craneo Rojo disputándose con Kingpin el control de los bajos fondos) en el #372 USA.
En general el tomo tiene algo de batiburrillo, sin ir más lejos, la Búsqueda de la Gema de Sangre que le da título ocupa únicamente la parte central, seis números (Captain America #357-361 USA) de los 20 que incluye. Así lo primero que nos encontramos es la conclusión de la saga de John Walker como Capitán América, que habría sido más lógico situar en el tomo anterior. Se abre con la rueda de prensa del traspaso del escudo, de vuelta a Steve Rogers, y la venganza de los Perros Guardianes, completándose con una intrascendente visita de Nick Furia, conectada con los eventos de la exitosa miniserie de 1989 Nick Furia contra Shield.
A continuación, dos números, para mi, interesantes por tocar una situación contemporánea desde el punto de vista de los cómics y ver como reflejan estos el proceso de derrumbamiento del bloque soviético. Estos números se publicaron en pleno 1989, solo unos meses antes de la caída del Muro de Berlín pero aún muy lejos de la disolución de la URSS o la desaparición del Pacto de Varsovia. Las cosas estaban cambiando y aún no se sabía hacia donde, y las incertidumbres crean curiosas historias.
En el argumento del cómic, Los Supersoldados Sovieticos (los mutantes Ursus, Vanguard y Estrella Oscura) deciden pedir asilo político en Estados Unidos. Curiosamente se les presenta con una luz positiva, como héroes del pueblo perseguidos por un gobierno malvado, en la línea de personajes soviéticos más positivos (aunque, a menudo, desertores) de esos años, como los de Danko: Calor Rojo (Read Heat, 1988, Walter Hill) o La Caza del Octubre Rojo (The Hunt for Red October, 1990, John McTiernan), coincidiendo con los tiempos de la perestroika y la Glasnot.
Sin embargo, poco después, los desertores son atacados por otro grupo de personajes venidos de la Madre Rusia: Los Soviets Supremos (formado por Guardian Rojo, Dinamo Carmesí, Perun, Sputnik y Fantasía), que los deja moribundos tras una brutal paliza. En el siguiente número el Capi hace una visita a la URSS (donde descubrimos que habla ruso y con cameo de Gorbachov incluido) para averiguar lo que ha sucedido y descubrir la verdad tras el ataque.
Los Soviets Supremos son en general nuevos personajes, o nuevas encarnaciones de personajes antiguos, y remedan a personajes clásicos Vengadores (Guardian Rojo/Capitán América, Sputnik/La Visión, Perun/Thor, Dínamo Carmesí/Iron Man) e incluso, en estas páginas, adoptan su forma, buscando provocar un conflicto internacional, sin demasiada lógica, por cierto, ya que lo hacen en secreto y quién podría acusarles serían los mismos Vengadores.
Dejando de lado este momento de política internacional, el siguiente número (#354 USA) tiene una curiosa narración en paralelo, dedicando la mitad de cada página a un argumento distinto. Por un lado, en la mitad superior, Steve Rogers se enfrenta al Forjador de Máquinas (un villano menor) y por otro, en la inferior, Estrella de Combate investiga la muerte de John Walker y se nos presenta un nuevo enmascarado al servicio del gobierno: el USAgente. La historia no es de gran interés (excepto como continuación de la saga anterior) pero, de nuevo, la narrativa de Dwyer consigue hacerlo interesante.
Los siguientes dos números (y medio, ya que en realidad la historia se alarga hasta el la mitad del Captain America #357 USA) narran una historia bastante anodina, con el Capi siendo rejuvenecido por Sersi (de los Eternos) para infiltrarse en una secta que está reclutando adolescentes de las calles.
El macguffin en este caso es Gema de Sangre, uno de cuyos fragmentos dotaba de poderes a Ulysses Bloodstone, un aventurero y cazador de monstruos de gran longevidad, que había muerto en Rampaging Hulk #8 USA (1978). Helmut Zemo (ayudado por Batroc, Zaran y Machete) desea reunir los seis fragmentos de la gema para resucitar a su padre, el anterior Barón Zemo.
Los villanos y el héroe se enfrentan en una carrera por conseguir los fragmentos del objeto, con sus civilizaciones perdidas, sus momentos cómicos, sus templos plagados de trampas y sus escenarios exóticos internacionales. Se trata de una minisaga de aventuras divertida, pero sin relevancia ninguna. Otra vez el papel de Iguana en estos números, como damisela en apuros y objeto sexual las más de las veces, deje bastante que desear. Los siguientes números siguen un estilo similar, aunque ya sin la gema en perspectiva, y sirven, sobre todo, para presentar al nuevo agente de Cráneo Rojo, el mercenario llamado Calavera (Crossbones).
En los números de cruce con Actos de Venganza ( #365-#367 USA) se produce el cambio de guardia entre Kieron Dwyer y Ron Lim como dibujante regular de la serie (Lim dibuja el #366 y, luego, a partir del #368). Ya he hablado bastante de este evento en una entrada anterior pero recordar el gran momento del enfrentamiento entre Magneto y Cráneo Rojo (y siempre es un buen momento para esta viñeta).
El cambio me parece dramático, de un dibujante realmente dotado a un autor que, como mucho, podemos calificar de cumplidor y marca el principio de la peor época de Gruenwald en la colección. El último número del tomo (el ya mencionado #371 USA) es un ejemplo de sus puntos débiles, centrado en una cita entre el Capi e Iguana sus personajes vestidos de calle y sus ambientes cotidianos, no resultan creíbles y el ritmo de la narración resulta poco inspirado. Su anatomía y gestualidad, a menudo, resulta forzada, y poca adecuada fuera de las escenas de acción, contrastando negativamente con la plasticidad física de las ilustraciones de Dwyer.
Junto con Dwyer y Lim hay breves capítulos o interludios dibujados por otros autores, a menudo da la sensación que para aligerar el número de páginas a dibujar por Dwyer; entre ellos podemos mencionar al veterano Al Milgrom y a Mark Bagley, que era aún un dibujante prácticamente primerizo en la editorial. Un trabajo aún tosco, pero curiosamente ya muy marcado por su estilo personal.
En conclusión este tercer tomo resulta interesante como colofón y por ciertos valores documentales, pero en general la gran historia del Capi de Gruenwald ya ha pasado y es una combinación de argumentos menores, salvados o hundidos por la calidad del dibujo.
Puntuación: 6/10
Red de Rol
via Aventuras Extraordinarias
December 1, 2021 at 04:06PM
