lunes, 15 de mayo de 2017

Cazadores de sombras (serie 2016)

Cazadores de sombras (serie 2016)

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A veces llega a mi memoria la adaptación al cine de “Cazadores de sombras: ciudad de huesos”. Una experiencia pobre, un mundo que parecía tener potencial pero que nunca llegó a desarrollarse. Y desde la primera vez que la vi, me dejó con la intriga de saber qué más podía ser de esa historia.

El fracaso de esa película hizo que se cancelaran la adaptación de las secuelas, y así morían parte de mis intrigas. Hasta descubrí la serie. De pronto, volví a sentir esperanza.

¿Cómo es la serie “Cazadores de sombras”?

En primer lugar, y tal y como ocurría con la reseña a la película (Cazadores de sombras, 2013), es imposible para mí hablar como adaptación pues no he leído los originales.

En principio, el reparto ha cambiado, resultando más rico y diverso, además de más expresivo. Muchos de los personajes en la película resultaban extremadamente depresivos, estáticos y carentes de alma.

Aunque la protagonista esté en constante expresión de angustia cual Robert Pattinson en “Crepúsculo”, podemos ver más variedad de expresiones.

Los personajes, por la simple cuestión de que existe más tiempo para desarrollarlos, tienen más dimensiones. Aunque siguen siendo igual de idiotas en muchos aspectos.

La historia, quizás ya conocida, trata sobre Clary, una Shadowhunter que olvidó sus orígenes y cuyo pasado vuelve a ella con violencia y muerte. Se unirá a esta organización que protege a los humanos de las criaturas de tinieblas que pueden destruirlas sin apenas esfuerzo, mientras intenta consumirse por las intrigas que se han desarrollado. Sus amistades, su vida, todo cambiará mientras intenta proteger lo que más ama.

El Instituto, que es el lugar donde se refugian y preparan los Cazadores de Sombras, es por fin un lugar habitado y repleto de herramientas para mantener el orden en el sub-mundo. Aunque, a diferencia de la película, han renunciado a un estilo más clásico y místico por una estética futurista y alto potencial tecnológico. Incluso se desarrollan intrigas políticas, ya que hay más personajes implicados en ese micromundo.

La magia está más desarrollada, ya que Magnus Bane, el hechicero más poderoso que existe, no es el único mago que existe en el mundo. Estos son incluso capaces de invocar demonios, que por cierto sigue siendo el término genérico para toda criatura no humanoide.

“Lo molo todo y lo sabes”

Todo gira alrededor de la dicotomía de los ángeles y los demonios. Los Shadowhunters son humanos con sangre de ángel. Existen los demonios. También las hadas o criaturas similares, que portan la mezcla de sangre de las dos criaturas, y por eso son motivo de… desconfianza, a pesar de que les resulte imposible mentir por algún motivo. Puede que en algún momento, alguna gran figura de estos dos eternos enemigos haga presencia para un apoteósico final.

Se usan términos como “glamour”, el modo de vida y conversión de los vampiros… y otros muchos elementos del sub-mundo me recuerdan inevitablemente a Mundo de Tinieblas, el universo de los juegos de rol, y me hacen sacar una sonrisa. Cuando comprendes las referencias que se comparten en la fantasía urbana, disfrutar de la obra cobra de más dimensiones.

Y no podemos olvidarnos de los diálogos, que resultan en ocasiones ridículos, porque no les importa que una escena tenga un diálogo sin sentido si es posible a causa de él hacer un cliché o una broma que puede ser graciosa. Personajes como Jace, más insoportable que nunca, y Simon, a quien quieres abrazar y estrangular de forma intermitente, son los que cargan con estos maravillosos intercambios de palabras.

Y Clary, como buena Mary Sue, nos deja ver sus apasionantes habilidades. Nunca antes ha tomado un arma, pero en segundos la domina. Nunca antes había visto un demonio mayor, pero con solo acuchillarlo lo aniquila (aunque más tarde un demonio menor es capaz de cruzar las defensas del segundo mago más poderoso del mundo y matarlo). No conoce las reglas del mundo en que se mueve, pero pronto quiere cambiarlo todo sin importar las consecuencias, ¡y algunos que vivían bajo esas normas deciden seguirla sin dudar! Sus habilidades sociales son reducidas, pero al primer intento tiene dotes de líder y es capaz de movilizar a un clan de vampiros a su favor.

Los Cazadores de Sombras, Shadowhunters, siguen con ese instrumento, las estelas, que les permite dibujar runas en sus cuerpos, pudiendo así manipular la realidad y también cómo sus cuerpos se manifiestan ante otras criaturas.

No deja de ser curioso lo fácil de perder o arrebatar que es este instrumento, pues actúa como un identificador único para el Cazador de sombras. Si un objeto ha sido sellado con una “estela” concreta, solo ésta podrá abrirla. Y puedes perderla con una facilidad pasmosa.

¿Por qué no grabar ese algo único en la piel? ¿En sus ojos? ¿En un accesorio incluso? ¡Es más fácil perder un lápiz que una pulsera, ¿no?!

Aunque la trama es entretenida, cumple un curioso ciclo. El equilibrio del mundo en tinieblas, los frágiles humanos, la superioridad de los Cazadores de Sombras, el malvado Valentine con sus ideales de la pureza de sangre… todo está siempre en constante peligro. Que llega. Que todo se acaba. Pero nunca llega. Es todo muy terrible pero después no tanto, como ese demonio mayor que Clary destruye de un solo golpe.

Por lo que he podido averiguar sin adelantar detalles de la historia, esta adaptación a serie está cogiendo velocidades de infarto. Detalles que tardaban novelas en ser descubiertos aquí pronto son conocidos. Y puede que algunos que ya deberían ser conocidos en la serie, tardarán en llegar a nosotros.

La segunda temporada ya ha llegado, y queda más trama, más mundo y más diálogos curiosos que descubrir. ¡Nos veremos en la ciudad de Nueva York, junto a las criaturas del sub-mundo!

seeU!






Red de Rol

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May 15, 2017 at 03:30AM