martes, 10 de enero de 2017

Exo – The Expanse

Exo – The Expanse

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The Expanse

La vida a veces te regala momentos. Como ávido consumidor de ciencia ficción, series y juegos de rol, me encontré con uno de esos momentos regalados viendo la serie “The Expanse” que me encontré en @NetflixES por casualidad, y a eso vengo, a recomendaros la serie y hablaros de su trasfondo y de sus tecnologías. Pero tranquilos, no haré spoilers.

Naves mineras de agua y oxígeno, generaciones de humanos que no han pisado la Tierra a las que llaman los cinturonianos y que continuamente envían los resultados de sus peligrosas tareas de minería a la Tierra, regida por la ONU o a Marte, un superpotencia militar emancipada de la Tierra.

Y con un SOS recibido en una de esas naves mineras “La Canterbury” arranca la serie, y poco a poco te va atrapando en un universo de pre-expansión humana, con su guerra fría de fondo, pero omnipresente y su concepto de esclavitud junto a la lucha de clases actualizado.

Rocinante, la nave de los PJ

Sin embargo, no pasa mucho antes de recordar situaciones de mi partida dominguera de EXO 3464, y algunas sensaciones después, estoy preocupado por lo que parece ser una cámara en nuestro salón de juego habitual, aunque eso es otra historia…. El asunto es que vengo a recomendaros la serie, y sin hacer spoilers, a contaros algunos detalles de los que me gustaron y otros que simplemente me recordaron a EXO y mis partidas:

– Las naves tienen casi una especie de vida propia y su propio carisma. La Canterbury o Rocinante son ejemplos.
– Las batallas espaciales no son con tecnología láser y un botón que diga “auto” delegado a los ordenadores de la nave. Al contrario, la vieja balística, y las velocidades – por debajo de la velocidad de la luz- y tu posición en el espacio hacen batallas en las el cálculo de trayectorias, y la intuición de modelos armamentísticos del enemigo lo es todo.
– Si se cae internet. Te aburres.
– Si olvidas tu traje de vacío, puedes morir. Si haces el tonto con uno puesto, lo puedes romper, y… puedes morir.
– Unidades médicas en las naves que demuestran que la medicina será la estrella de la revolución tecnológica.
– Unidades médicas que son caras y solo están en la nave, así que, pase lo que pase, tienes que llegar a esa unidad médica antes de morir: desangrado, por radiación, etc..
– Biológicamente importa dónde has nacido. Si llevas toda tu vida en el cinturón, y tus padres también lo eran, es poco probable que puedas pasar un fin de semana romántico en el Caribe. Es más, la gravedad se encargará de que hasta respirar duela.
– La guerra fría, y la trama, me recordó en muchas ocasiones a esas partidas en las que las respuestas a preguntas concretas y cotidianas dependen de si estas en el Sector Libertad, en Vettera o en un brazo del Alfeiron.
– El mejor “campo gravitacional” individual del mundo es un suelo de metal, y unas botas con un electroimán.
– Virus que parecen de manufactura Iroendi.
– Esa sensación de compartir misión con unos compañeros ocasionales y no saber nunca quién es bueno, quien malo, quien un espía o quien un RFPero a muerte, y tener que dejar tu vida en sus manos.
– A veces, la mejor manera de presentar batalla, es sobrevivir.

Y un sinfín de detalles más que han hecho que espere ansioso una segunda temporada y que ha pasado directamente a mis indispensables. Además, me ha recordado casi constantemente a ciertas decisiones y mecánicas de EXO, y quizás por ello, me ha recordado algunos momentos de partidas vividas con viejos amigos y enemigos, porque como “The Expanse”, como en EXO, nada es lo que parece, y los grandes intereses, lo que desconoces, las limitaciones de la tecnología y el cómo te desenvuelvas entre todo ello, puede matarte o involucrarte sobremanera en lo que podría ser un momento de singularidad.





Red de Rol

via Desde el Sótano http://edsombra.com/des

January 9, 2017 at 09:31PM